Decorada siempre con cuadros o fotografías que se venden en el mismo local, acogedor y silencioso... perfecto para tomar un café al sol tras la cristalera en invierno, o en su terracita en verano.
Y sobretodo, perfecto para desayunar...
Después de esto vino un largo paseo por el rio, disfrutando de la llegada de la primavera.
Y en busca del FlohMarkt, que no llegamos a encontrar.
Seguiremos intentando... y espero que la búsqueda sea siempre tras un desayuno así!
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